Siempre me he sentido atraída por los temas religiosos.
Desde niña me llamaban la atención las imágenes de las iglesias. Algunas me parecían
tenebrosas: los cristos crucificados y llenos de sangre, las miradas mustias de
algunos santos extremadamente delgados, los hábitos negros con capucha de los monjes,
los cantos gregorianos que parecían salir de ultratumba, y así.
Había muchos detalles del catolicismo que me resultaban incomprensibles.
Demasiadas prohibiciones, no se debía leer la Biblia en casa, sólo en la
iglesia y con la guía de un sacerdote, no se debía fabricar cruces, ni con
palitos de helado. En la Semana Santa no se podía ver dibujos animados, ni
cantar, menos bailar y sobre todo, había que guardar absoluto silencio.
Además, estaba lo que se decía de algunos santos, como la
historia de Santa Rosa de Lima y la
cadena que llevaba sobre la piel y que
nunca se quitaba porque arrojó la llave a un pozo, o la de San Francisco de
Asís y la piedra que usaba por almohada. En casa de mis abuelos había una
imagen de Santa Rita de Casia con una corona de espinas en la frente y en la visita
al monasterio de Santa Catalina me enteré que la beata Sor Ana de los Ángeles Monteagudo castigaba
su cuerpo con disciplinas y ayunos. Todo eso me causaba una gran confusión, no
entendía por qué ellos se sometían a esas torturas, cuando la educación nos mandaba cuidar el cuerpo
y buscar la tranquilidad de la mente.
Ahora con algunos años más de vida, comprendo que todas esas prácticas estaban justificadas.
Todo tiene su explicación y está en el pasado. A la luz de las evidencias, la
iglesia católica de los primeros siglos adaptó algunas costumbres de religiones
más antiguas, y las copió porque sabían que tenían sustento en las leyes
naturales de la naturaleza y en otros casos, porque sabían que era difícil
borrar las creencias de la gente, entonces se les ocurrió que lo mejor era sobreponerse
sobre ellas como para eliminarlas. Ejemplos: La devoción a la virgen María está
basada en el culto a la diosa egipcia Isis, las Saturnales romanas que se
celebraban en diciembre fueron reemplazadas por la Navidad. En nuestro país los
evangelizadores construyeron iglesias encima de lo que antes fueron huacas
sagradas donde la gente acudía a hacer sus ceremonias.
En la antigua Grecia algunas escuelas filosóficas como la de
los Cínicos creían que para alcanzar la purificación era menester evitar todo
tipo de comodidades. Renunciaban al dinero, al placer del cuerpo, etc.
Los Cínicos pueden haber inspirado a las comunidades
religiosas que siguen los votos de castidad, pobreza y otros. En siglos pasados
los religiosos tenían como práctica natural lo que denominaban Ejercicios Espirituales, que consistían
en flagelarse el cuerpo con un
chicote con puntas de silicio. Posteriormente el Vaticano prohibió ésta
práctica, aunque se dice que algunos movimientos como los del Opus Dei
continúan utilizándola hasta la actualidad.
“…tres días a la semana: lunes, miércoles y viernes, tomaba
disciplina, y el martes, jueves y sábado me ponía el cilicio. Con estas
prácticas de devoción me volvía a enfervorizar, sin aflojar en el estudio, al
que me aplicaba cuanto podía, dirigiéndolo siempre con la más pura y recta
intención que podía.. San Antonio María Claret.
San Francisco de Asís solía dormir sobre una túnica
extendida en el suelo y usaba una piedra o un tronco por almohada."Si eres
moderado con tu cuerpo y lo cuidas de manera honesta y conveniente y, no
obstante, el hermano cuerpo resulta perezoso, negligente o somnoliento en la
oración, vigilias y otras obras buenas, debes castigarlo como a una bestia de
carga". San Francisco de Asís.
Los jesuitas se
ponían vidrios oscuros en los ojos para evitar el pecado. Las antiguas Escuelas
Iniciáticas aseguraban que el cuerpo es la prisión del alma y que esta
alcanzará su máxima evolución cuando por fin se libere del cuerpo y deje de reencarnarse.
Entre tanto los religiosos verdaderamente comprometidos con la evolución del
alma, hacían estas prácticas.
La cabeza rapada en forma de círculo que era característica
de los sacerdotes franciscanos (tonsura), fue
prohibida por la Iglesia muchos años después por su origen pagano. Los sacerdotes de Mitra de los Misterios
Babilónicos, imitaban al disco solar en la cabeza (se afeitaban una forma
redonda en la cabeza como símbolo de adoración al dios sol).
Desde que me enteré de todo esto, ya no me asombra casi nada. Sé que nuestro mundo está plagado
de símbolos que vienen de tiempos inmemoriales y que tienen un significado sagrado
y aunque hoy en día muchas claves de interpretación ya están perdidas, igual, todo
lo que se relaciona con las religiones merece todo mi respeto.
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